Hola guapa,
me alegró muchísimo
tu mensaje y, la verdad, te tenía completamente perdida en mi vida, pero esto
del facebook ha sido el descubrimiento del siglo para recuperar a esas personas
que durante un tiempo significaron algo para ti, aunque las circunstancias te
obliguen a tomar caminos separados. Pero no me voy a poner filosófico ni
trascendental, que ya lo fui bastante en el instituto y así me fue.
He estado mirando
tu perfil durante estos días y casi no te reconozco, la verdad. Estoy un poco
cortado a la hora de dirigirme a ti y no sé por dónde empezar. Sé que no debo
de nombrar el incidente pero es algo
que nos marcó y pensé que no volvería a saber de ti nunca más. Nadie se merece
cosas como aquellas y el daño está hecho, así que siempre se puede comenzar de
nuevo, ¿no crees?
Tengo muchas cosas
que contarte y en especial una, algo que hará que me abra a ti completamente…
creo que te hablaré de ello en mi próximo correo. Este no quiero que sea muy
largo, pues aunque en tu mensaje me decías que me ponga en contacto contigo,
tampoco sé hasta qué punto han cambiado las cosas.
Por mi perfil verás
que ahora vivo en Nueva York. Conseguí una beca para estudiar arte dramático y
han ido ocurriendo muchas cosas. Demasiadas.
Perdona mi tono
serio y educado, pero no tenía ni idea de la forma en el que iba a dirigirme a
ti después de tanto tiempo.
De todas maneras
gracias por encontrarme y gracias por aparecer. Ya sabes que mi odisea no es
nada sin mi Penélope.
Respóndeme pronto,
por favor, a este correo desde el que te escribo.
Un besote grande
Ulises.
No hay comentarios:
Publicar un comentario